29 mayo 2006

Esperanza Aguirre, ¿una iluminada?

De las muchas noticias que podría elegir para comentar (por ejemplo, los 24 asesinatos de civiles a sangre fría cometidos por los marines en Irak y que ahora han salido a la luz), escojo ésta por chocante y por reveladora.
Esperanza Aguirre, marquesa consorte, ha sorprendido con estas revelaciones: "En el mundo, no me ha impresionado nadie; el Papa, Isabel II, el Dalai Lama... Lo siento, sólo me impresiona Aznar". Lo he leído en el dominical de El País.
Seguramente, si no la impresionan los personajes recientes, menos lo harán los históricos, ni Azaña, ni el Mahatma Ghandi, ni Luther King, ni Indalecio Prieto, ni los americanos de la Brigada Lincoln, que vinieron a jugarse la piel, y a dejarla resecándose, convirtiéndose en cuero sobre la tierra de la meseta o junto al frente del Ebro por librar a nuestro país, en el que nada se les había perdido, de la tiranía fascista.
Nadie impresiona a esta mujer de hielo. Sólo Aznar. Es un comportamiento que estamos habituados a ver en las personas captadas por una secta, en los iluminados por un fervor religioso patológico. ¿Puede tratarse de un desvarío, del primer síntoma de una incipiente locura? ¿Habría de apartarla un galeno precavido de sus responsabilidades de gobernanta?

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