29 mayo 2006

Esperanza Aguirre, ¿una iluminada?

De las muchas noticias que podría elegir para comentar (por ejemplo, los 24 asesinatos de civiles a sangre fría cometidos por los marines en Irak y que ahora han salido a la luz), escojo ésta por chocante y por reveladora.
Esperanza Aguirre, marquesa consorte, ha sorprendido con estas revelaciones: "En el mundo, no me ha impresionado nadie; el Papa, Isabel II, el Dalai Lama... Lo siento, sólo me impresiona Aznar". Lo he leído en el dominical de El País.
Seguramente, si no la impresionan los personajes recientes, menos lo harán los históricos, ni Azaña, ni el Mahatma Ghandi, ni Luther King, ni Indalecio Prieto, ni los americanos de la Brigada Lincoln, que vinieron a jugarse la piel, y a dejarla resecándose, convirtiéndose en cuero sobre la tierra de la meseta o junto al frente del Ebro por librar a nuestro país, en el que nada se les había perdido, de la tiranía fascista.
Nadie impresiona a esta mujer de hielo. Sólo Aznar. Es un comportamiento que estamos habituados a ver en las personas captadas por una secta, en los iluminados por un fervor religioso patológico. ¿Puede tratarse de un desvarío, del primer síntoma de una incipiente locura? ¿Habría de apartarla un galeno precavido de sus responsabilidades de gobernanta?

25 mayo 2006

Fomentan el odio racial, el miedo y la xenofobia

La intervención de Ángel Acebes, secretario general del Partido Popular, en el Congreso refiriéndose a la inmigración ilegal no podría haber sido más lamentable. Mientras miles de personas mueren de hambre y enfermedad en África y se agarran, como al último clavo ardiendo, a la aventura, muchas veces mortal, de cruzar el océano hacia Europa, este individuo se permite frivolizar con el tema.
En una alusión falsaria, mendaz y cínica al problema de la inmigración, Acebes, el mentiroso del 11-M, establecía una relación entre los africanos que en pobres embarcaciones cruzan hasta Canarias, y el asalto a chalets y urbanizaciones de lujo en Cataluña. Ni éstos africanos son delincuentes (son simples supervivientes del naufragio de un continente entero) ni forman parte de las bandas que asaltan chalets ni vienen a España con intención de delinquir. Parece ser que las bandas organizadas se nutren especialmente de personas procedentes de los Balcanes y zonas aledañas, curtidos por más de una década de guerras fratricidas de una crueldad intolerable, y no entran, precisamente, en cayucos, sino cruzando la frontera con Francia, abierta en virtud de los acuerdos de Shengen.
Lo que Acebes hace es mezclar la lógica alarma ante una oleada de delincuencia, que debe ser combatida con todo el rigor del estado de derecho, con la inmigración para crear un clima de "invasión" que propicie el rechazo de la sociedad. Pero esto es jugar con fuego. Por un lado, porque es un modo muy eficaz de sembrar odio racial y xenofobia; por otro, porque se crea el caldo de cultivo para la aparición de grupos de extrema derecha, que no tardarán en vincular (como hacían en los años de la Transición) democracia con delincuencia y con desorden.
Habrá que recordar que las mafias extranjeras camparon a sus anchas por España durante los gobiernos del PP, que se establecieron en nuestro país sin especiales actuaciones del ministerio del Interior (del que, ¡oh, sorpresa!, el propio Acebes fue titular) y que es ahora cuando se crea una unidad especial para la lucha contra este tipo de crimen y se refuerza con varios centenares de guardias civiles la lucha contra sus delitos.
Presentar a un pobre hombre o mujer africano que llega rendido y medio muerto a la costa española como un integrante de peligrosas bandas mafiosas sería ridículo si no fuera trágico a la par que inhumano. En cualquier caso, es mentira.
Algunos sostuvieron que el PP había hecho un servicio a la democracia integrando a la ultraderecha en su seno. Yo me permito dudar que la haya integrado: la ultraderecha se ha quedado con el partido. Ahora mandan ellos y Rajoy se calla.

23 mayo 2006

¿Quién no desea el fin de ETA?

Tras la declaración de alto el fuego permanente de la banda terrorista ETA, los españoles hemos iniciado un proceso con enorme ilusión: el que puede conducir al fin de ese horrible anacronismo de una organización que utiliza el asesinato para tratar de conseguir sus fines políticos. Parece imposible que alguien pueda no desear el fin de ETA o que, movido por intereses partidistas, intente poner dificultades al proceso. Parece imposible, pero no lo es. Tanto el Partido Popular como la AVT, una de las asociaciones de víctimas del terrorismo, la que obedece las consignas del PP, han decidido olvidar su obligación ciudadana y andar un incomprensible camino en solitario, aislados del resto de la sociedad española, poniéndose al margen del proceso de paz. Alcaraz, presidente de la AVT ha roto cualquier medida de lucidez y racionalidad al pronunciar frases como la de que "el gobierno trafica con la sangre de los muertos".
Esgrimen diversos argumentos, pero pierden toda credibilidad cuando se compara con su actitud ante el último intento, en el año 1998, de poner fin a la violencia etarra mediante la negociación. Entonces gobernaba José María Aznar. Nadie le acusó entonces de traficar con sangre. Nadie le acusó entonces de rendirse al terrorismo o de sacrificar el estado de derecho. Sin embargo, durante su negociación, ni ETA había renunciado de modo definitivo e irrevocable a la violencia, ni había renunciado a sus objetivos políticos independentistas. ¿Por qué esa doble vara de medir? ¿Por qué quienes fueron protagonistas del proceso de 1998 exigen ahora cosas que no se exigieron a sí mismos entonces, cuando Aznar llamaba a ETA "Movimiento de Liberación Nacional Vasco? ¿Aquello no era una traición y el proceso actual, transparente y refrendado por el Congreso de los Diputados, sí lo es?
La deslealtad es muy mala consejera en política, aunque pueda reportar beneficios a corto plazo. Si hablamos de temas como el terrorismo, de tanta trascendencia, la deslealtad al gobierno legítimo de la nación es un error que no debería perdonarse. Los ciudadanos debemos recordar quiénes están intentado poner palos en la rueda de las negociaciones de paz.

22 mayo 2006

Cuanto más integrismo, más hipocresía

Se ha producido la condena (¡por fin!) de Marcial Maciel por unas gravísimas acusaciones de pederastia que vienen ya coleando desde hace mucho tiempo. Este hombre es el fundador y alma del movimiento ultracatólico de los Legionarios de Cristo. Parece que cuanto más integrista es un movimiento, más hipocresía encontramos en él. Por fin se ha separado a este individuo de todo ministerio público, una condena durísima para un sacerdote, que raras veces se utiliza.
Parece una ley de la psicología: cuanta más represión, cuanta más insistencia en negar el cuerpo, cuanta más obsesión por "angelizar" la vida humana, más podedrumbre se genera en el interior de las personas. Un caso extremo lo constituye, según se ha visto, Marcial Maciel, acusado por ocho personas de haber cometido contra ellos abusos sexuales cuando eran unos seminaristas, apenas adolescentes.
El diario ultracatólico y filoderechista Alba publicaba recientemente en primera página un reportaje sobre este movimiento sectario titulado: "Legionarios de Cristo, un ejército para amar". Esperemos que no hayan aprendido a "amar" según el desviado ejemplo de su fundador.

19 mayo 2006

Por un mundo árabe moderno y laico

Se repite cada vez más el debate de si es posible un mundo árabe que, al igual que hizo hace siglos el occidente cristiano, separe poder civil y religión, modernice sus estructuras y establezca un sistema democrático respetuoso con la Declaración Universal de los derechos humanos. Decenas de miles de turcos, que se manifestaron ayer contra el asesinato de un juez a manos de un abogado islamista, parecen afirmar que sí. Que es posible. "Turquía es laica y seguirá siéndolo", coreaban los manifestantes.
El mundo islámico tiene pendiente la revolución de la modernidad. Debe aún hacer su "revolución francesa" y debe dar a luz a su propio Voltaire. Tal vez lleven algunos siglos de retraso en ese proceso, pero no están peor de lo que estaban nuestros propios países hace tiempo. Y tampoco nuestro camino ha sido lineal y sin retrocesos. Al contrario, muchas han sido nuestras idas y venidas (baste recordar los 40 años de nacional-catolicismo español).
Nosotros, desde las naciones occidentales, estamos obligados a facilitar ese devenir, sin dar argumentos a los fundamentalistas para que propaguen el extremismo religioso. Amenazas, prepotencia, bombardeos, partidismo ante sus conflictos, como el palestino... todo ello va en la mala dirección. La miseria y la desesperación de los pueblos tampoco ayuda en nada y debe ser combatida desde la solidaridad mínima exigida por nuestro presunto humanismo.
Creo que, de algún modo, el acercamiento respetuoso y el diálogo como iguales sí puede producir los frutos apetecidos. Varios líderes árabes participaron en Sevilla con el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, en la inauguración de una exposición sobre el pensador árabe Ibn Jaldun, en el marco de la Alianza de Civilizaciones que, promovida por Zapatero, ha sido adoptada como propia por el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan. Facilitar el diálogo y la comprensión mutua es su objetivo y, personalmente, creo que ése es el camino para conseguir un mundo árabe laico y moderno en el siglo XXI.

16 mayo 2006

¿Están a favor de la homofobia?

Pasmado se queda uno ante la nota emitida por la Conferencia Episcopal Española en la que señala que la educación contra la homofobia es considerada "un grave peligro" por introducir una "deformación de la verdad en niños y jóvenes", refiriéndose a la posibilidad (terrible para los obispos) de que a las personas homosexuales les sean reconocidos derechos equiparables a los heterosexuales.
Se queda uno pasmado y no por la sorpresa (otros comentarios de este calibre ya han sido expuestos por el sector ultraderechista y ultramontano de la Conferencia), sino por la gravedad que empieza a suponer una iglesia beligerante enemiga de los derechos humanos y del propio Evangelio que debería predicar. En los últimos tiempos, la uniformidad entre la doctrina del PP y las manifestaciones del sector fanático de la Conferencia (capitaneado por Rouco, que nunca aceptó su derrota en las elecciones para presidir este organismo), supone un duro golpe para todos los cristianos de izquierdas y progresistas, que ven utilizados puestos de responsabilidad que sólo deberían estar al servicio de la fe, para manejos partidistas en función de las afinidades ideológicas de algunos prelados.
Esta es la respuesta de los obispos a una resolución del Parlamento Europeo (la denominada con el código P6_TA (2006)0018) que condena la homofobia en sus diversas manifestaciones.
El propio PP debería desmarcarse de la injerencia episcopal en asuntos civiles (como es la legislación en materia de derechos) que, en una democracia, han de ser canalizados a través de las instituciones del Estado, tal y como regula nuestra Constitución (que separa claramente el campo de actuación del poder político y el ámbito confesional privado). Ser complaciente con estos comportamientos lleva un riesgo aparejado: ya he encontrado en una página web ultracatólica un listado con nombre y apellidos de los eurodiputados populares que votaron a favor de la resolución y los epítetos que les dedican no son precisamente amables... Ser incluido en listas de este tipo, según quien las haga, puede poner a cualquiera los pelos de punta.
Viendo la noticia por el lado positivo, estamos avanzando en la construcción de la Europa que queremos: la social, la de los derechos humanos, y eso tiene que molestar a algunos. Al texto de la resolución del Parlamento Europeo (por otra parte, irreprochable, moderada y digna de todo apoyo), se puede acceder desde este enlace:
http://www.europarl.europa.eu/omk/sipade3?TYPE-DOC=TA&REF=P6-TA-2006-0018&MODE=SIP&L=ES&LSTDOC=N

12 mayo 2006

Respeto al Parlamento

El parlamentarismo es, con toda probabilidad, la forma más civilizada de participación política de entre las instituciones que los seres humanos hemos creado con tal fin. Lugar de intercambio de opiniones y puntos de vista, de defensa de las propias opiniones mediante la palabra, espacio para el ejercicio de la oratoria, la confrontación y la refutación de las opiniones del adversario, así como del voto, constituye un símbolo de cómo han de gobernarse las cosas públicas. Sin embargo, hay personas que no lo entienden así. Hay personas que se mofan con sus comportamientos de esta institución básica en democracia, demostrando, en último término, que sus propias convicciones democráticas son más un barniz de conveniencia ante los signos de los tiempos que la verdadera raíz que nutre su ser cívico y político.
Estoy asombrado, a la par que indignado, por dos comportamientos que ayer tuvieron los representantes del Partido Popular en el Congreso de los Diputados y en la Asamblea de Madrid. En el primero, se atropelló el derecho a la expresión de un miembro del gobierno mientras un histriónico diputado de la derecha insultaba, gritaba y se mofaba de la Cámara y de su presidente y acabó expulsado del hemiciclo entre las risas y aplausos de sus compañeros de partido (lo cual es casi tan grave como el hecho anterior, por lo que tiene de solidario en la indignidad). En la segunda, la acción concertada de los diputados del PP daba lugar a una pantomima irrespetuosa que fue criticada con dureza por la propia presidenta de la Asamblea, de su mismo partido.
Parece que la derecha española no ha aprendido modales democráticos. Parece que, desde su peculiar forma de ejercer la oposición, dé lo mismo desgastar o dañar a unas instituciones que, por lo visto, no aprecian en lo más mínimo.
Desde aquí, mi queja, mi protesta, mi duelo por el daño que se inflige al parlamentarismo. Sólo eso: mi queja, mi protesta, mi duelo de ciudadano. Pero nada menos que eso.

11 mayo 2006

Reconocimiento público a los maestros de la República

Aquellos hombres y mujeres, que prestaron un servicio inestimable a la República española y, con ella, a toda la ciudadanía, han sido los destinatarios de un homenaje que se les tributó ayer en Gijón. La alcaldesa de esta ciudad, Paz Fernández Felgueroso descubrió ayer, en la fachada del Colegio Público Jovellanos, una placa con la que la ciudad de Gijón rinde homenaje a estas personas.
Los planes de la República de una regeneración de España a través de la educación, que venían proponiendo Giner y otros numerosos miembros de la Institución Libre de Enseñanza, no hubieran sido posibles sin la colaboración de una legión de personas que, desde sus puestos en la Escuela, como maestros y maestras, comenzaron una tarea educativa que exasperaba a las fuerzas de la derecha y fue violentamente truncada por la guerra civil. La ferocidad con que las fuerzas vencedoras de la guerra, los militares golpistas y los partidos próximos al fascismo, se ensañaron con los maestros de la República indica a las claras cómo su tarea era vital en la modernización de la sociedad, en la edificación de una democracia duradera y en la construcción de una ciudadanía consciente de sus derechos y exigente de sus libertades. Naturalmente, los golpistas de julio de 1936 no podían consentirlo.

09 mayo 2006

Oviedo, la Marbella del Norte


Que el concejal del PP en el ayuntamiento de Oviedo, Javier Sopeña, esté siendo investigado por la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, no es una novedad. Al parecer, existen grabaciones que le implicarían, de confirmarse las informaciones difundidas por la Cadena Ser y varios diarios, en un trato urbanístico con dinero negro. Esta situación tan desagradable se une a la avalancha de actuaciones relacionadas con municipios del PP en todo el levante, especialmente en Murcia, donde han sido imputados numerosos ediles populares por casos de presunta corrupción urbanística.
Desde hace tiempo, en Asturias se denomina a Oviedo "la Marbella del norte" y no precisamente por su inexistente dotación de playas, sino por las sospechas de que no todo está claro en la gestión municipal. Sin imputar a nadie una actuación delictiva, cosa que dejo para los fiscales, sí es cierto que responsabilidades políticas, ocultación de información a la oposición, conexiones extrañas, privatizaciones inexplicadas e inexplicables son el pan nuestro de cada día en el municipio ovetense.
Por el bien de la democracia esperemos que la investigación de la fiscalía sea a fondo en este caso para despejar cualquier duda en un sentido o en otro y que la dirección nacional del PP no intente correr un tupido velo sobre ello, tratando equivocadamente de proteger a este individuo, concejal y senador popular.

05 mayo 2006

La mentira y su uso en la vida pública

Desde hace mucho tiempo sabemos que la guerra de Irak se basó en una campaña de mentiras extendida globalmente. Los tres patrocinadores de la guerra, liderados por el más poderoso de ellos, George W. Bush, trataron de extender el miedo para justificar su actuación deplorable, ilegal y al margen de las resoluciones de la ONU. (Aznar, mirando a la cámara, con tono de convicción: “Créanme, en Irak hay armas de destrucción masiva”).
Ayer se publicaba en El País una entrevista a Paul Pillar, jefe de la CIA a cargo de Oriente Próximo y Sur de Asia hasta 2005 y experto en antiterrorismo. Su afirmación es contundente: “La Administración de Bush lanzó una campaña organizada de manipulación para justificar la decisión, adoptada de antemano por razones políticas, de ir a la guerra de Irak. Ni las armas de destrucción masiva ni los inexistentes vínculos entre Sadam Hussein y Al Qaeda fueron los motivos reales de la guerra”.
Por otro lado, en España, a medida que vamos teniendo certezas sobre lo que ocurrió el 11-M, más fácil es dejar en evidencia la campaña de mentiras tejida por algunos medios de comunicación para complacer y ayudar al PP. Recientemente, se divulgó, en ese infructuoso intento de relacionar a ETA y los islamistas, que en la famosa fugoneta, se había encontrado una tarjeta del grupo vasco Mondragón. Nada más lejos de la realidad. A veces, de la mentira al ridículo sólo hay un paso: se había encontrado un casete de la Orquesta Mondragón. Estamos esperando las disculpas o las rectificaciones. El afán de tergiversar la realidad se da también en otras modalidades. Ayer tuvimos la experiencia cuasi mística de oír al portavoz del PP, Eduardo Zaplana, reclamando al actual ministro del Interior que aclare qué sucedía mientras Acebes era ministro, en un infructuoso intento de escapar de las propias responsabilidades.

04 mayo 2006

Comportamientos antidemocráticos

Aznar y Berlusconi, amigos durante sus respectivas etapas de gobierno, han tenido el mal gesto de no reconocer la victoria limpia y sin paliativos de sus oponentes políticos en unas elecciones democráticas. El primero, ha efectuado varias intervenciones públicas, especialmente fuera de España, en las que ha denostado la política exterior de nuestro país y ha atribuido el triunfo electoral del Partido Socialista a oscuros intereses inexplicados, llegando a vincular (en una actitud que roza el delito) el atentado terrorista del 11-M con alguna maquinación en su contra de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El segundo, ha retrasado hasta el último momento su dimisión tras perder las elecciones, no ha felicitado al ganador y, como Aznar, ha atribuido la victoria de la izquierda, no a la voluntad de la mayoría libremente expresada en las urnas, sino a fraudes y errores en el recuento. Los tribunales italianos han tenido que corregirle.
Es normal que a nadie le guste perder. Pero se puede perder con dignidad, con elegancia y empezar a preparar, al día siguiente, un nuevo proyecto político para recuperar el poder. Ni Aznar ni Berlusconi han sabido hacerlo. No se trata sólo de un caso de mala educación, de falta de madurez humana y política o de ganas de hacer el ridículo. Es más. Es un no creer en los mecanismos del sistema democrático. Es pretender que se posee algún título (¿venido de la tradición, de la historia, del Cielo?) para gobernar con más legitimidad que el adversario ("Si el país es nuestro, ¿qué hacen estos tipejos gobernándolo?"). Afortunadamente, en ambos países, el sistema es más fuerte de lo que se podría pensar. Ninguna artimaña o mala pasada puede vulnerar la legalidad y las normas electorales, que rigen por encima de los deseos poco recomendables de algunos. Quienes han ganado, gobiernan. Sólo conozco una excepción: la Comunidad de Madrid, donde la jugada de unos corruptos sirvió para anular el resultado de las elecciones y retornar a los "señores del ladrillo" a sus puestos de mando. Vigilemos para que no se repita.

02 mayo 2006

El 1º de mayo

Acabamos de celebrar otro 1º de mayo. Los trabajadores hemos hecho una nueva apuesta de futuro, siendo, a la vez, cuidadosos con la historia de la que formamos parte. Que este año, además de los lemas habituales, los sindicatos hagan un llamamiento por la paz frente al terrorismo, nos indica que seguimos atentos a la realidad y esperanzados ante ella: esa es la apuesta de futuro. Mantener la celebración del 1º de mayo es, por otro lado, pretender que la memoria siga viva: la de tantos obreros que nos precedieron en la lucha por la justicia y la libertad. La Fundación Francisco Largo Caballero, que tiene como uno de sus objetivos la recuperación de la “Memoria Histórica”, ha seleccionado de su hemeroteca este dossier de la revista “Los Mineros”, que explica el establecimiento del 1º de Mayo en todos los países, en el año 1890, por acuerdo del Congreso Internacional Obrero Socialista, celebrado el año anterior en París, al que acudió Pablo Iglesias
http://www.ugt.es/ugtpordentro/historia1demayo.htm
Recomiendo su lectura. Además de interesante, es altamente instructivo.