27 abril 2006

Fundamentalistas religiosos y lucha contra el SIDA

Estados Unidos continúa imparable su carrera de sumisión a los fundamentalistas religiosos. No contentos con abrir la puerta a las teorías creacionistas en las escuelas, imponen ahora límites al acceso a los fondos contra el sida a los países que no acepten su moral sexual y anticientífica. Para recibir dichos fondos, los gobiernos deberán dar prioridad a la castidad como método de lucha contra la terrible enfermedad vírica.
En España también tuvimos nuestra dosis de fundamentalismo "teocon", cuando varios miembros del gobierno y de la familia del presidente Aznar eran miembros de sectas integristas como el Opus Dei o los Legionarios de Cristo. Esta situación incidió negativamente en la investigación científica en diversos campos relacionados con la genética, impidiendo o retrasando los avances que permitirán curar enfermedades como la diabetes.
Someter la razón y la ciencia a los prejuicios, no ya religiosos, sino incluso sectarios, marca un punto de inflexión en lo que ha sido la historia de Europa y de América desde la Ilustración.
Condicionar la ayuda para la lucha contra una enfermedad a la adopción de ciertas prácticas morales vinculadas con una religión es un abuso que la comunidad internacional no debería tolerar. De momento, ha sido denunciado públicamente por la ONU.

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