11 marzo 2008

Victoria socialista: una enorme alegría...

Ha sido el triunfo de la palabra honrada y la mirada limpia. El triunfo de un presidente que se dejó la piel defendiendo sus ideales, que no traicionó ni uno sólo de los proyectos que había comprometido, del presidente que "no nos falló". El triunfo de la firmeza sin estridencias frente al insulto sin medida, a la mentira sin complejos, al pasado sin luz. El triunfo de los "sin voz", de los que menos cuentan, de los que, en palabras de Zapatero, no tienen de todo.
Muchos millones de españoles estamos de fiesta, una fiesta democrática que a nadie agrede, que a todos incluye, que convoca a la ilusión, al cambio para bien. Habrá dificultades, pero serán afrontadas con realismo y con equidad.

Entre todos y todas edificaremos esa España, definitivamente liberada de los fantasmas del pasado, donde la libertad, la igualdad y la fraternidad sean algo más que meros lemas. Donde el pensamiento libre no sea pecado, donde todos lleguemos a ser "los mejores hombres y mujeres que sea posible formar", como dijo un ilustre socialista de la República, Fernando de los Ríos.

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