05 junio 2006

Un capitán del ejército de Franco

Como en este blog no quiero sólo tratar temas de actualidad, sino estimular a la reflexión y hacer trabajar a la memoria, voy a transcribir algunas de las respuestas que dio el capitán franquista Gonzalo de Aguilera a varios periodistas extranjeros que cubrían nuestra guerra civil. Lamentablemente, aunque las opiniones de este hombre dejaron pasmados a los corresponsales, no parece que tuvieran incidencia en aquel tratado de no intervención (de las democracias occidentales) que dejó España a merced de la sí intervención de las potencias fascistas.
Nos dice Preston que "Gonzalo de Aguilera era un tipo ilustrado, de rica familia. Estudió ciencias y filosofía en Alemania e Inglaterra y hablaba cuatro idiomas. Su formación le valió para que, primero el general Mola y después Franco le utilizaran como portavoz de las ideas del bando nacional". Como se podrá ver a continuación, esas ideas están bien lejos del panorama idílico que algunos farsantes y revisionistas próximos al aznarismo y que se hacen pasar por historiadores quieren hacernos creer.
Algunas perlas del "intelectual" franquista:
"El gran error que han cometido los franquistas al empezar la Guerra Civil Española ha sido no fusilar de entrada a todos los limpiabotas. Un individuo que se arrodilla en el café o en plena calle a limpiarte los zapatos está predestinado a ser comunista. Entonces ¿por qué no matarlo de una vez y librarse de esa amenaza?" (Entrevista del capitán Aguilera con el periodista inglés Peter Kemp.)
«Tenemos que matar; matar y matar; ¿sabe usted?», declaraba ufano Gonzalo de Aguilera al periodista norteamericano John Whitaker: «Son como animales, ¿sabe?, y no cabe esperar que se libren del virus del bolchevismo. Al fin y al cabo, ratas y piojos son los portadores de la peste. Ahora espero que comprenda usted qué es lo que entendemos por regeneración de España... Nuestro programa consiste... en exterminar un tercio de la población masculina de España. Con eso se limpiaría el país y nos desharíamos del proletariado. Además también es conveniente desde el punto de vista económico. No volverá a haber desempleo en España, ...¿se da cuenta?».
"Todos nuestros males vienen de las alcantarillas. Las masas de este país no son como sus americanos, ni como los ingleses. Son esclavos. No sirven para nada, salvo para hacer de esclavos. Pero nosotros, las personas decentes, cometimos el error de darles casas nuevas en las ciudades en donde teníamos nuestras fábricas. En esas ciudades construimos alcantarillas, y las hicimos llegar hasta los barrios obreros. No contentos con la obra de Dios, hemos interferido en su voluntad. El resultado es que el rebaño de esclavos crece sin cesar. Si no tuviéramos cloacas en Madrid, Barcelona y Bilbao, todos esos líderes rojos habrían muerto de niños, en vez de excitar al populacho y hacer que se vierta la sangre de los buenos españoles. Cuando acabe la Guerra destruiremos las alcantarillas. El control de natalidad perfecto para España es el que Dios nos quiso dar. Las cloacas son un lujo que debe reservarse a quienes las merecen, los dirigentes de España, no el rebaño de esclavos", relata Preston que contó este prócer franquista a un periodista norteamericano.
Por cierto, he encontrado en la red un artículo de Pío Moa tratando (patéticamente) de defender a este bárbaro de los injustos ataques a los que le sometemos los sirvientes del marxismo. Tiene tela la cosa...

No hay comentarios: