Poco les dura a los patriotas de chichinabo y pandereta como Aznar el amor a la Patria. El amor a la "pela" cunde más. Abandonó el Consejo de Estado, donde podría haber hecho aportaciones de su interés a España, empleando su experiencia como presidente del gobierno, por sentarse en un Consejo más lucrativo, el de la corporación de Murdoch, el magnate de los medios de comunicación.
Ahora se ha transformado en recadero de multimillonarios especuladores del ladrillo. Recientemente, ha participado como intermediario en la reunión de Joseph E. Roberts, alto directivo de una empresa inmobiliaria de los EEUU, con Néstor Kirchner, presidente de Argentina. La empresa de Roberts trata de entrar en el enorme mercado de la construcción argentino y Aznar le echa una mano.
Parece mentira que el hombre del bigote no tenga ningún reparo moral a utilizar el posible crédito internacional que pueda tener, derivado del cargo que los españoles le dieron con sus votos, en forrarse en operaciones de intermediación de este tipo, en lugar de emplearlo en favorecer los intereses de España en el extranjero.
¡Ay, qué dolor estos patriotas de chichinabo y pandereta!
Ahora se ha transformado en recadero de multimillonarios especuladores del ladrillo. Recientemente, ha participado como intermediario en la reunión de Joseph E. Roberts, alto directivo de una empresa inmobiliaria de los EEUU, con Néstor Kirchner, presidente de Argentina. La empresa de Roberts trata de entrar en el enorme mercado de la construcción argentino y Aznar le echa una mano.
Parece mentira que el hombre del bigote no tenga ningún reparo moral a utilizar el posible crédito internacional que pueda tener, derivado del cargo que los españoles le dieron con sus votos, en forrarse en operaciones de intermediación de este tipo, en lugar de emplearlo en favorecer los intereses de España en el extranjero.
¡Ay, qué dolor estos patriotas de chichinabo y pandereta!
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