
Parece una ley de la psicología: cuanta más represión, cuanta más insistencia en negar el cuerpo, cuanta más obsesión por "angelizar" la vida humana, más podedrumbre se genera en el interior de las personas. Un caso extremo lo constituye, según se ha visto, Marcial Maciel, acusado por ocho personas de haber cometido contra ellos abusos sexuales cuando eran unos seminaristas, apenas adolescentes.
El diario ultracatólico y filoderechista Alba publicaba recientemente en primera página un reportaje sobre este movimiento sectario titulado: "Legionarios de Cristo, un ejército para amar". Esperemos que no hayan aprendido a "amar" según el desviado ejemplo de su fundador.
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