
Ésta es la España que defienden. Una España en la que las mujeres estarán confinadas en una cárcel hecha de hilo de zurcir calcetines. Planchar perfectas rayas en los pantalones de su marido ¿es éste el futuro que espera a la niña de Rajoy? Tal vez algún día se pregunte si ése puede ser el sentido de su vida, si tanto esfuerzo (incluido el de estudiar una carrera universitaria) sólo conduce hacia la plancha y el zurcido. Su confesor, probablemente, le contestará "claro que sí, hija mía, cualquier otra cosa es egoísmo". Y ella se levantará del confesionario aguantándose las lágrimas de ira y preguntándose por qué rayos dejaron que se aboliese aquella ley de igualdad que se había aprobado cuando ella era muy pequeña.
Al fin ha aparecido la niña de Rajoy. Estaba formándose en un club del Opus. Que crezca pronto, la niña, no sea que Rajoy tenga que limpiarse los zapatos él mismo.
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